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martes, 17 de mayo de 2011

El Placer de masturbarme

Desde muy joven he disfrutado siempre del mundo del placer. Me encanta el sexo en todas sus formas, y particularmente me excita todo lo relacionado con la masturbación. El placer a solas es algo que practico diariamente, indiferente de que tenga pareja o no. Masturbarme es de esas cosas que me encanta hacer y compartir, especialmente con gente que sea tan o más adicta que yo a la masturbación. El solo hecho de escribir esto me pone mi miembro muy duro, y pensar que una mujer pueda disfrutar mientras me lee, aumenta el ritmo de mi paja y me hace desear acabar.
Me gusta masturbarme diariamente, unas 2 o 3 veces al día, por supuesto dependiendo de cuanto tiempo libre disponga. Los domingos, por ejemplo, es el día que más disfruto hacerlo ya que suelo pasarme el día entero desnudo en mi cama, viendo películas porno, leyendo algunas historias eróticas, masturbándome por teléfono con una amiga o simplemente tocándome por placer. Frotar mi miembro en mis ratos de ocio, mientras pienso en sexo la mayor parte del día, es una de las cosas que más disfruto hacer.
Cuando me toco me gusta estar desnudo en mi cama y comenzar a rozarme poco a poco hasta lograr completamente la erección. Una vez que mi miembro este bien duro, me agrada acariciar mi cuerpo, toco mis pies, acaricio mis nalgas y paso mis manos sobre mi pecho. Es entonces cuando dos de mis dedos comienzan a masturbarme suavemente, pero con firmeza. La piel de mi pene se torna cada vez más sensible, por los que mis movimientos aumentan y mis respiraciones son cada vez mas agitadas. En ocasiones, me gusta dar pequeños gritos de placer. El movimiento fuerte de mi mano mientras me froto se vuelve algo imposible de detener. Quiero mas, deseo mas, no puedo parar. Mi mente se nubla, el placer se apodera de mi, mi piel se eriza indicándome que el orgasmo esta próximo a llegar. Me dejo ir, mi respiración es muy fuerte, es excesivamente rico, quiero acabar. Un chorro de semen salta desde mi pene y se esparce todo sobre mi pecho y mi abdomen. En ocasiones llega hasta mi cara. Es delicioso. Sentir la leche abundante y caliente sobre mi piel es algo exquisito. Paso unos segundos simplemente respirando y descansando. Me limpio y me dispongo a recuperar fuerzas para poder hacerlo otra vez.
Me he masturbado no solo en mi casa, sino en baños públicos, en el auto mientras conduzco y en casi cualquier sitio riesgoso donde pueda ser visto, como una calle o un estacionamiento. Una vez llegue a masturbarme en frente de una chica la primera vez que salía con ella, luego de que haber estado hablado de sexo durante horas. En aquella ocasión ella lo tomo de manera muy natural, y luego de mi orgasmo y de mucho conversar, terminó confesándome que eso había sido algo que ella siempre había querido ver.
Tuve otra experiencia hace 3 meses, cuando en una reunión con unos amigos, una chica que apenas conocía y que se encontraba algo mareada, me confesaba que las mujeres le excitaban más que los hombres, luego de que ella tuvo con su hermana mayor una sesión de sexo lesbico que jamás olvidará. Aquella conversación fue motivo suficiente para comenzar a rozar mi miembro por encima de mi pantalón. Ella llego a notarlo y me dijo discretamente que si quería nos fuéramos a otra parte. Inmediatamente salimos de la fiesta y apenas nos subimos al auto me abrí totalmente el cierre, comenzándome a frotar mi miembro en frente de ella. Ella de principio sólo se dedico a ver, pero luego me pidió que le acabara en la boca. Acerco su lengua a la cabeza de mi pene, y luego de lamerme varias veces, pude derramar mi semen completamente en su boca. Como una experta, trago hasta la última gota de leche, y quedamos algunos minutos en el auto recuperándome mientras nos besamos y nos reíamos del asunto.
Mastúrbense rico.

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