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sábado, 31 de julio de 2010

Mi adiccion por la Masturbacion

Me llamo Daniel, actualmente tengo 18 años cumplidos hace ya varios meses, delgado, bien formado, moreno claro, de 1.78 de estatura, y cabello castaño, en mis preferencias aun no estoy totalmente seguro, pero creo que soy Bisexual.

Hablare de mi pasion que es masturbarme, pienso que es una manera de relajarse y por supuesto de conocerte mejor, la primera vez que lo hice fue a los 13 años, como todo adolescente a esa edad, el Sexo atrae de una manera impresionante, ya se me paraba al ver una mujer en traje de baño, vestida sexy, y tenia mis comunes sueños humedos que terminaban con una sensación especial tan placentera desconocida para mi hasta ese momento, aunque no tenia eyaculacion disfrutaba de estas noches al maximo.

Recuerdo tener 13 años cuando estaba solo en casa una noche, mis padres habian salido a cenar por su aniversario de bodas, y mis hermanas como siempre estaban con sus novios, yo estaba vestido, veia una película donde una mujer morena, alta y muy rica, salia semidesnuda y enseñaba las tetas, haciendo movimientos que me ponian loco, yo lo unico que hacia de manera inconciente al verla, era frotarme en mi cama boca abajo, aunque ya lo habia hecho antes solamente me habia escurrido ese delicioso liquido transparente, acompañado de un peculiar ardor que no tenia idea de que era en ese entonces, asi que continue haciendolo y me gustaba mucho, sentia un poco de cosquilleo en mi pene pero estaba realmente caliente al ver una mujer como esa y no me importo, en cierto punto después de unos minutos comence a sentir mas intenso ese cosquilleo y me dio algo de miedo, aunque lo habia sentido tan deliciosamente al despertar de mis sueños, siempre crei que era parte del sueño y no crei que fuera algo real, y es por ello que me daba temor seguir y sentir eso estando en mis 5 sentidos totalmente sin la pequeña confusion temporal que nos da cuando recien despertamos..

Pudo mas mi calentura de ver tan rica mujer con esas tetotas colgando, asi que para hacerlo mas rico puse una almohada, me sente sobre ella y un poco empinado, frote mi pene mas hasta que esa sensación fue aumentando y no me pude detener, de repente senti mucha presion en mi abomen y una dureza que no habia sentido nunca antes en mi pene, senti como si comenzara a bombear y fue riquisimo pero a la vez me asuste, me detuve, baje mis pantalones y mi ropa interior y vi que me escurria un liquido blanco que me asusto, cayo un poco en el suelo, me fui a limpiar y pense en contarle a alguien pero no me atrevia.. me habia masturbado por primera vez! Y no se si sea o no normal, pero prometi no hacerlo mas pues me senti un poco mal después de ello. Pasaron un par de dias y no me podia olvidar de lo que habia hecho, crei que seria temporal y se me olvidaria, pero aunque no lo aceptaba, me habia gustado mucho y me calentaba mas rapido, veia mas películas ricas y cuando me excitaba le cambiaba o me iba a mi cama a intentar dormir pues no queria repetir lo que aquella noche habia hecho.

No paso mas de una semana cuando la calentura me gano otra vez, como era de esperarse no dormia bien y me sentia intranquilo al no sentir esa rica sensación otra vez, mi cuerpo lo pedia a gritos, asi que una noche, sintiendo temor, me encerre en mi habitación y pasaron una película mas de aquellas bastante excitante, casi siempre de mujeres bailando desnudas, en una de esas salio una de dos chicas con las tetas de fuera y lamiendoselas una a la otra, no pude mas y me frote de nuevo hasta que por segunda ocasión, tuve mi segundo orgasmo, tan rico, delicioso, pero no quedaba satisfecho, tanto que las primeras veces, me masturbaba hasta 5 veces diarias, viendo fotos de chicas en bikini, artistas ricas en tv y etc, en esos tiempos no contaba con Pc aun y por eso no podia disfrutar del Internet.

Asi comence con la masturbación, tan deliciosa, lo hacia 2 o 3 veces cuando podia, pero casi siempre boca abajo frotando mi pene hasta acabar, después le intentaba variar y lo hacia parado en el baño o sentado pero por falta de costumbre, me costaba hacerlo asi y terminaba todo sudado. Las primeras veces tampoco veia como eyaculaba, no me gustaba hacerlo pero cada dia mi curiosidad era mayor, y después no solo veia como me saltaba la leche mojandome todo, si no que me masturbaba encima de fotos de mujeres deliciosas y las bañaba en mi leche, conseguia ropa intima femenina, acababa en la ropa interior de mis hermanas, lo hacia con las piernas abiertas, y boca arriba, como sea, era delicioso cada que me salia la lechita caliente, la olia, y la llegue a lamer y probar ,me encantaba era riquisima, me grababa con videos, me veia en el espejo acostado, parado, en todas las posiciones….

Con el paso de tiempo como todos, me entro mas curiosidad, después de tener Pc con Internet por supuesto que veia al por mayor mujeres desnudas, y un dia sin querer llegue a un sitio de Webcams donde estaba bailando una rubia, un poco morena, muy nalgona y tetuda, y de pronto al darse la vuelta le vi colgando un pene flacido, pero enorme, me excito mucho la idea de pensar en una mujer con pene, y comence ahora a buscar fotos e imágenes de travestis y transexuales, lo hacia con mucha frecuencia y me gustaban mucho, y ahora ellas son con las que repito la dosis: me tomo mi pene con cualquiera de mis dos manos, comienzo a subir y bajar despacio la piel, mmm es delicioso hacerlo asi, comienzo despacio, apretandome los huevitos, sobandolos, acariciandolos, apretando mi pene, subiendo el ritmo de la masturbación, muchas veces prologandolo hasta 40 minutos o mas, pues es mas delicioso cuando te tardas mas en acabar, asi hasta que termino soltando toda la leche caliente y apetitosa por todas partes, eyaculo en sus fotos, imágenes, etc. Tambien me encanta el uso de lubricantes ya sea aceite de bebe o cualquier cosa con la que resbale mejor.

Después consegui una Webcam, aunque no me mostraba de cara por obvias razones de identidad, me encantaba masturbarme y que me vieran hacerlo, algunas amigas que conoci en Internet en esas sesiones, me enviaban su ropa interior usada para que me masturbara y se las regresara llenas de leche, o teniamos sesiones de Cybersexo, o Telefonico donde masturbarse era lo esencial, y mucho mas riquisimo compartirlo con alguien, solo de pensarlo se me pone dura y ahora me tendre que masturbar, mmmmm.

Realmente no se si soy bisexual o no, pues no me atraen en si los hombres, si los veo fisicamente no siento mucha atracción, pero a la vez me atrae y me excita mucho pensar en hacerlo con alguien mayor de edad que le pueda gustar un chico de 18, no se de donde surgio esto pero últimamente me ha dado vueltas en la cabeza y me encanta la idea de que alguien mayor disfrute con un joven de esta edad, me pone muy caliente el solo pensarlo, esto me pasa con hombres y mujeres, y los travestis, bellas mujeres con pene me vuelven todavía mas loco, quisiera hacerlo rico con una de ellas algun dia, y actualmente sigo masturbandome sobre ropas intimas o algunos objetos personales que me envian sobre todo mujeres maduras (que me encantan) a las que les atraen chicos de mi edad, aunque a un hombre maduro, o afeminado, no le haria para nada el feo… menos a una chica transexual.. pero es mi pasion, masturbarme y que alguien mas pueda gozar conmigo por ello, compartir mi leche caliente es de lo mejor.

Mi primera paja con cover

Esto que les voy a contar sucedió hace un par de años. Mi padre andaba de viaje en el extranjero y mi madre me pidió que la acompañara al sur, extrañaba a su amiga (y ex vecina) y como quería ir en auto y era un largo viaje, acepté. Además sentí curiosidad de ver qué era de mis amigos, sobretodo de Klaus.

Apenas llegamos pasamos por la cafetería de la que era dueña la amiga de mi madre, nuestra ex vecina y para nuestra sorpresa, nos contó que había comprado nuestra casa y la había transformado en hostal. Nos dijo que tenía todo arreglado para que nos quedáramos en nuestras ex habitaciones, que el administrador del hostal nos estaban esperando y que nos veríamos en la noche para cenar en su casa.

Llegamos a nuestra ex casa y nos instalamos, mi madre en su ex cuarto y yo en el que fue mío por tantos años. Se veía diferente, las paredes lucían otro color y ahora habían dos camas. Abrí la ventana, encendí un cigarrillo y llamé por teléfono a Klaus. Su hermano me dijo que se había ido al campo y que no volvería hasta dentro de un mes. Telefoneé a un par de amigos más y también andaban de viaje. Este viaje estaba empezando mal.

Me eché a dormir una siesta corta. Me despertó mi madre quien estaba golpeando mi puerta. Me dijo que nos esperaban a comer en media hora. Sin ganas me fui a duchar. Al volver, terminé de secarme, me vestí y me tomé dos copas del vino que habían dejado gentilmente sobre la mesita. La idea de estar en esa comida llena de viejos no me animaba para nada. Pero compromisos son compromisos.

Durante la cena, la señora Greta, nuestra ex vecina, me dijo que ese día había llegado desde Chiloé un sobrino de ella, a trabajar en la cafetería y que como no había más espacio en el hostal, tendríamos que compartir el dormitorio. Me pidió disculpas por eso. Yo le dije que no se preocupara, que por el contrario le agradecía su hospitalidad. Por dentro sentí distinto claro está. Me contó que este chico necesitaba trabajar porque finalmente había decidido estudiar algo. Tenía 20 años y según ella era muy tranquilo, respetuoso y trabajador, como cualquier chilote.

Terminamos la cena, cogí el auto y me fui a recorrer la ciudad de noche. Entré a un pub, me tomé un trago. No vi a nadie conocido, sólo muchos turistas. Entré a otro pub. Lo mismo. Esta vez, sin embargo, me puse a charlar con la barwoman, que era muy simpática y nada de fea. Hablamos de nuestras vidas y nada, no pasó a mayores, me dejó muy claro que estaba muy enamorada de su pololo (novio).

Volví al hostal. me acosté a dormir. De pronto un ruido me despertó. Encendí la luz y vi a un chico entrando al cuarto. Era el chilote. Un chico algo bajo, flaco, de rulos y con cara de niño. No podía creer que tenía 20 años, parecía de 15. Me senté en la cama, se disculpó por despertarme, le dije que no era problema. Nos dimos la mano como caballeros. Se llamaba Luis. Le ofrecí un cigarrillo y conversamos un rato. Me dijo que estaba muerto, que había trabajado mucho ese día, que era hora de dormir. Apagué la luz y entre penumbras vi que se quitó la ropa, se bajó el pantalón de buzo (chándal, deportivo o como le llamen) y quedó desnudo. No llevaba ropa interior

- ¿No usas calzoncillos? –le pregunté

- No, me incomodan –respondió.

Me pareció extraño pero bueno, en gustos no hay nada escrito, nos dimos las buenas noches y nos dormimos.

Al día siguiente desperté cuando el venía entrando al cuarto, con una toalla amarrada en la cintura. Venía de ducharse. Me llamó la atención el cuerpo de niño que tenía, flaco y lampiño. Nos saludamos y me dijo que estaba atrasado, que se había quedado dormido. Vi la hora y eran pasadas las 11. Se quitó la toalla frente a mí y se puso su pantalón deportivo. Miré su pene y vi su glande al descubierto

- ¿Eres circunciso? –le pregunté

- Sí

- ¿En serio? A ver

Se acercó a mi cama, se bajó el pantalón y me lo mostró. Así sin más. Me gustó esa falta de timidez. Le dije que yo también era circunciso pero tenía prepucio, no como el de él, me dijo algo así como “no hay uno igual a otro”, nos reímos, terminó de vestirse, se despidió y se fue.

La segunda noche decidí dormir en pelota (desnudo). Me metí a la cama y empecé a sobarme las bolas y la verga bajo la ropa de cama. Hasta que despertó. Comencé una suave paja, relajante. En eso estaba cuando de pronto oí que alguien venía. Era Luis. Abrió bruscamente la puerta

- ¡Hola! ¡qué hacías con las manos ahí debajo! –me preguntó riéndose

- Ya sabes cómo es la calentura jajaja –le respondí

- Dímelo a mí que hace un mes que no veo a mi novia

- Ufff, fuerte lo tuyo –le dije

Nos reímos, se quitó la ropa y se metió a la cama. Desnudo. Seguimos conversando mientras fumábamos y nos tomábamos una cerveza que había traído él. Inevitablemente llegamos al tema del sexo. De repente me dijo que estaba muy caliente y que quería hacerse una paja. Bajo la ropa de cama noté como movía las manos así que le dije “parece que ya empezaste así que dale no más”, “tú también” me dijo, y así empezamos a pajearnos, cada uno en su cama y bajo la ropa de cama con la luz apagada. Me preguntó si me había pajeado con amigos antes, le dije que sí, me dijo que él siempre lo hacía con su primo y encendió la luz. “¿Y se pajeaban el uno al otro?” me preguntó. Le respondí que sí. Me dijo “huevón estoy muy caliente, mira”, corrió la ropa de cama hasta sus pies y me mostró la verga. La tenía durísima y curva hacia arriba. Su estómago lucía una gota de líquido preseminal (precum). Era mas flaca que la mía pero como del mismo largo, unos 17cms. “A ver la tuya” me pidió. Hice lo mismo y se la mostré. “Buen pico tenís” me dijo riendo, le agradecí y le dije “igualmente”. “Oye huevón, por qué no venís pa’cá y me pajeai y yo después te pajeo a ti”. Accedí. Me acerqué, me senté en la cama y empecé a pajearlo. Le sobaba las bolas de tanto en tanto y vi cómo lo estaba disfrutando.

Al rato me preguntó si me atrevía a chupársela. Le dije que no, que ni cagando, me propuso “si me la chupai, te la chupo” y yo me negué. Igual debo confesar que acerqué mi boca a su verga para intentar hacerlo, pero me dio asco, no me atreví. Seguí pajeándolo, lo hice acabar y saltaron chorros de leche en su estómago. Se limpió y le dije que ahora me tocaba a mí. Se vino a mi cama y empezó a hacerme una paja bacán. Tenía muy buena mano. Le gustaba subir todo mi prepucio y después jalarlo todo hacia abajo, hasta quedar tirante. Mi verga expulsaba líquido preseminal a montones, la tenía de verdad muy mojada y eso hacía mucho más rica su paja. Me sobaba las bolas, me las apretaba suavecito, ufff todo bien. De pronto me atreví a preguntarle si me la chupaba, me dijo que no porque yo no lo había hecho. Le dije “dale, chúpamela huevón, estoy muy caliente, además apuesto a que tú se la hai chupao a tu primo”. Se quedó callado, siguió pajeándome y vi como miró mi pene con otros ojos, mojó sus labios con su lengua y… slurp! Empezó a darme una gran mamada. El chico era todo un experto. Fue riquísimo. (Ahí confirmé eso de que pajas y mamadas son mejores con alguien del mismo sexo porque como tenemos el mismo equipo, sabemos cómo usarlo, qué nos gusta y cómo nos gusta.) Le avisé que me corría. Retiró su boca y siguió con la paja. Mi leche saltó lejos y en abundancia, incluso manché la pared tras de mí. Luis quedó impresionado. “Sorry” le dije “siempre acabo mucho, no lo puedo controlar”, “¡estay como pa una porno!” me dijo y nos cagamos de la risa.

Limpiamos lo mejor que pudimos y a dormir.

Nos pajeamos todas las noches de ahí en adelante. No me lo volvió a dar sexo oral, pero no me importó, era todo un maestro pajeándome.

Nunca más supe de él. Nunca volví a mi ex casa, pero me queda un excelente recuerdo pajerístico de ese verano.

viernes, 30 de julio de 2010

Al despertar

Sonó el despertador.

Nada más despertar noté como mi polla estaba totalmente erguida y dura como el hormigón.

Seguro que había soñado con algo excitante, pero no recordaba el qué.

Salté de la cama como duermo, desnudo, y sin ponerme nada me dirigí al cuarto de baño.

Me puse bajo la ducha y empecé a enjabonarme el cuerpo.

La polla no se resignaba a disminuir su rigidez y dureza.

Entonces me cogí la polla con una mano, bajé la piel y dejé al descubierto el glande.

Empecé a recorrer su borde con la ducha a toda presión, encontrando puntos donde me daba placer y otros donde dolía levemente.

Hubiera podido correrme de esa forma, pero bajé el chorro de agua hacia mis testículos, los cuales masajeé durante un pequeño rato.

Luego seguí bajando el chorro por el perineo, muy lentamente, hasta llegar a mi ano.

Allí lo mantuve durante más tiempo, dando vueltas a su alrededor, mientras hacia un leve esfuerzo para sacar mi esfínter y de esa forma sentir más placer.

Empecé a jugar con él, sacándolo y contrayéndolo, alternativamente, mientras el chorro de agua lo masajeaba.

Salí de la ducha y me situé en la taza del vater.

Allí empecé a defecar, lentamente, muy lentamente, sintiendo como salía mi marrón acariciándome las paredes del intestino, complaciéndome con ello.

Cuando terminé, me senté en el bidé, y empecé a dar vueltas sobre el borde del ano con la yema del dedo corazón, lentamente, haciendo lentas circunferencias a derecha y a izquierda.

Luego fui introduciendo el dedo, haciendo fuerza contra las paredes del esfínter, siguiendo con el trazo de esas imaginarias circunferencias.

Al tiempo que lo iba introduciendo más y más, la fuerza de mi dedo contra las paredes se hacía mayor.

Ya no resistía más, de golpe, introduje todo mi dedo dentro del culo, hasta que los nudillos de la mano hicieron de tope.

Entonces escupí mi saliva sobre mi glande, y empecé a restregar las yemas de mis dedos contra su borde, con fuerza, con la misma fuerza que empecé a follarme el culo.

Tardé unos minutos en correrme, intentando aguantar al máximo, quería seguir disfrutando de ese placer.

Mi esperma salió disparado con fuerza sobre la pared del bidé, al mismo tiempo que mi dedo salía del culo.

Luego recogí la leche salida y la esparcí por mi glande, acariciándome muy suavemente hasta que el placer fue disminuyendo lentamente.

Naturalmente tuve que pasar nuevamente por la ducha, la excitación y el placer habían dejado todo mi cuerpo impregnado de humedad lujuriosa.

Y así quedé preparado para afrontar un nuevo día.

Una buena paja

Soy un chico normal de 20 años con una vida normal, y que además me gusta el deporte. Esta vez quiero compartirles una historia que precisamente me sucedió hace una semana. Primero quiero decir que soy un chico tal vez narcisista, me encanta mi cuerpo, y tal vez eso quiera decir que soy un poco exhibicionista, aunque también me encantan las mujeres.

Eso de que sea exhibicionista no significa que me esté desnudando en cualquier parte, sólo me encanta mostrar mi cuerpo donde tenga la oportunidad. Por ejemplo, en el gimnasio, no me molesta que se me vea todo el bulto cuando traigo puesto un pants, o en el sauna aunque varios llevan puesta su toalla yo entro sin ponérmela e igual, cuando tengo erecciones no me molesta en absoluto y no tengo porque taparme.

Otra cosa que a mi me encanta es masturbarme. Lo disfruto mucho, esa sensación de explosión y el líquido tibio cuando toca mi cuerpo y sobre todo cuando logro que me caiga en la cara.

He intentado varias técnicas diferentes, desde usar cáscaras de plátanos hasta diferentes formas de agarrar mi pene. Pero yo no estaba satisfecho con todas esas, quería probar algo diferente. Fue cuando se me vino a la mente mezclar esas dos cosas que me gustan: jalarme la verga y que alguien más me viera pero tal vez de forma discreta.

Días después, estaba trotando en la pista de atletismo con mi mejor amigo, y vimos que entró una chica despampanante, morena, cabello castaño claro y una cara muy bella, nosotros corríamos detrás de ella y apreciábamos aquella diosa. Entonces sentí que iba a tener una erección, y así fue, al rato estaba corriendo con un mástil levantando una carpa delante de mí, por lo que Daniel (mi amigo) se burló, a mi no me importó, me metí la mano y me acomodé el pene y seguí trotando.

Más tarde, agotados y empapados de sudor desde la cabeza a los pies, entramos a los vestidores y comentamos sobre la chava que habíamos admirado. Yo decidí entrar al sauna mientras Daniel salió a hacer algunas llamadas o no se que. Yo entré al sauna, no había nadie. Entré con unas pequeñas tijeras, rastrillo y crema para afeitar. Yo tenía la costumbre de recortar los pelos de mi pubis y afeitarme los testículos, a que se siente una frescura en los cojones y además se siente muy bien masajearme los huevos depilados; Daniel y yo hacíamos lo mismo así que no había problema que me viera haciendo esto en el sauna; de hecho él lo iba a hacer también. Comencé a afeitarme, pero seguía pensando en esa chica, pensaba en sus hermosos senos en los que se notaban los relieves de sus pezones a través del top, en esa cintura y me imaginaba su jugosa vulva totalmente abierta para que mi pene de 17 centímetros entrara hasta el fondo logrando que mis depilados testículos chocaran con ella.

Estaba totalmente excitado.

Terminé de depilarme y por mi agotamiento, me acosté en la banca del sauna, seguía pensando en ella. Abrí los ojos y vi mi verga totalmente erecta, brillante por el sudor y el vapor. Parecía de piedra. No aguantaba y me comencé a masturbar lentamente; pensaba en lo que sucedería si mi amigo entrara en ese momento al baño, pero eso me puso a mil, porque me excita demasiado que alguien me vea masturbándome.

Tomaba mi verga con las dos manos, acariciaba mi cuerpo, pasando por las zonas que me gusta sentir, mis velludas axilas, mis pezones, mi ano, todo, Me acariciaba mis testículos depilados y olía ese aroma característico que dejaban en mi mano. Me acaricié de pies a cabeza, la piel se me ponía chinita, sentía ese calor que atravesaba todo mi cuerpo, pasaba mis manos de mi culo hacia mi verga, pasaba mis dedos a lo largo de ella hasta llegar al glande, que ya lo tenía bien rojo, me acariciaba el frenillo y pasaba por todo e glande mi sudor. En ese momento hasta se me antojó poder chupar mi propia verga. Admiraba mi cuerpo todo excitado en el espejo antiempañante del sauna.

En eso, cuando estaba totalmente acostado en la banca y concentrado en mi paja, oí que se abrió la puerta, era Daniel, que se quedó ahí parado viéndome y riéndose. Yo me hice como si no escuché y cerré los ojos. Me di cuenta cuando la puerta se abrió porque el espejo estaba enfrente de mí. El sin decir nada, se sentó en la banca que estaba aun lado de la mía, se quitó la toalla y empezó a jalársela también. Entonces le dije: Rica la muchacha, verdad?. El me respondió levantando el pulgar y siguió masturbándose. Entonces yo me incorporé y me senté en la banca. Estábamos ahí frente a frente masturbándonos los dos.

Era extraño ver a otro masturbándose enfrente de ti. Yo le sonreí y le dije que nos viniéramos al mismo tiempo. Duramos diez minutos sobándonos las vergas (cada quien la suya, por supuesto). Antes de venirme sentía unos espasmos, era increíble, pareciera que iba a orinar, esa sensación fascinante, le di la señal de que ya iba a eyacular.

Fue una gran explosición. Avente el semen a borbotones (ya tenia tiempo sin darme una buena paja, pero ésta paja fue excepcional). Él también lo hizo. Uno de mis chorros voló alto y calló en la pierna de Daniel, el otro chorro que salpique cayó en mi abdomen, donde lo esparcí por todo mi estómago. La leche de él alcanzó a caer a mis pies. Al final los dos nos reímos, salimos del sauna y totalmente embarrados nos fuimos a las regaderas.

Ésta experiencia fue genial, e incluso quedamos próximamente en ir a su casa a ver una porno y a jalárnosla de nuevo, lo único que faltaba era que la chica que vimos en la pista nos acompañara.

Bueno, esta es la mejor paja que me he hecho hasta ahora.

Cachondo en la tina

Empezare describiendome. Soy una chavo de 17 años, estudio tercer semestre de preparatoria. Tengo un cuerpo delgado y con un poco de pectorales. Muchas chicas me piropean en la calle, me considero guapo. La verdad es que para mi no es dificil ponerme caliente. Cada vez que voy por la calle volteo a ver a las nenas para verles los pechos y tambien comerme su culo a miradas. Soy virgen, pero sin embargo, me encanta masturbarme cuando estoy caliente y no se me baja la calentura.

Para mi edad, considero que estoy bien dotado. Tengo un pene grande grueso y cabezon, Mide 16 centimetros de largo y en su contorno 15 cm. Es muy, muy peludo y eso me gusta. Cuando ando en la calle y volteo a ver a una chica, despues ando con el bulto en el pantalon. Hoy les contare como me gusta masturbarme en el baño cuando no hay nadie en casa.

A mi me encantan los relatos eroticos, sobretodo si se tratan se chicas que se dan autoplacer y que emplean consoladores o estan aprendendiendo a masturbarse. Cuando leo o veo en la tele en los canales porno cualquier cosa de estas, me pongo muy caliente al momento. Mi pene se pone duro como un fierro y cuando traigo trusas, a veces se me sale por el tirante que va en la ingle. Me toco por encima del pantalon para que se me ponga mas dura, y asi irme excitando mas y mas. Despues bajo el cierre de mi pantalon y sobo mi verga por encima de mi ropa interior, y veo como a la cabezota de mi miembro ya le empiezan a salir mequitos.

Caliente y excitado me meto al baño y pongo seguro, y despacio me desvisto porque ya se lo que me espera: Una larga hora de toqueteos que finalizara en un gran orgasmo juvenil. Ya que estoy desnudo me meto a la ducha y abro el agua a una temperatura agradable, mientras sigo acariciando mi pene para mantenerme excitado. Tomo el jabon y hago espuma para empezar de una vez.

La espuma que queda en mis manos sirve como lubricante, y con una mano rodeo mi pene, y despues pongo la otra mano, y empiezo, suavecito, a hacer hacia adentro y hacia afuera, poco a poco... Mientras voy imaginando cosas que me gusten, la que mas me gusta es imaginar que cojo a una colegiala y que la empino frente a mi, le abro el culo y la penetro por su ano salvajemente y me vengo dentro de ella. Suavecito, suavecito voy meciendo mi pene en el canal que se hace en mis manos, y poco a poco voy aumentando la velocidad de mis embestidas, muevo mis caderas y tambien mis manos para que la sensacion sea doble. Imagino que cojo a una adolescente virgen y que su culito es virgen, y poco a poco la voy penetrando hasta que puedo cabalgarla a gusto. En estos momentos mi pene ya esta caliente y duro a mas no poder, y mi cabezota escurre de mecos. Aumento la velocidad para ir mas rapido, e imagino mas cosas que me excitan muchisimo. Se siente riquisimo la friccion entre mis manos y mi pene, siento que me vengo a cada movimiento. Ya cuando se aproxima mi orgasmo cierro los ojos y aumento aun mas la velocidad de mis cojidas, y con un grito AHHHHHHHHHHHHHHHHH mis mecos salen disparados de mi verga, grandes chorros de meco caen al piso de la ducha y arqueo la espalda para disfrutar aun mas. La cabeza de mi pene esta fragil y caliente, asi que con una mano sigo masturbandome y con otra acaricio mi amiguito en su cabezota, haciendome tener mas orgasmos hasta que pierdo las fuerzas. Despues sigo bañandome, me visto y me duermo.

Al dia siguiente amanezco adormilado pero muy excitado por haber tenido un sueño muy caliente...

En un prado entre horas de clase

Este es el primer relato que escribo en mi vida, llevo mucho tiempo leyéndolos pero hasta hoy no me he atrevido a intentar realizar el mío propio. Esto relata una de las mejores masturbaciones que he tenido nunca sucedió un día normal de mi vida, no me acuerdo de si tenía 15 o 16 años, por ahí andaba yo. Espero que lo disfrutéis.

Uno de tantos días de mi vida estaba comiendo en el bar de mi instituto, había terminado mi clase de la mañana a las 2:30 y tenía la clase siguiente, la de la tarde a las 4. Este día mientras comía, solo, ya que la mayoría de amigos míos tienen moto para ir a comer en casa o viven cerca del instituto (yo vivo en el otro lado de la ciudad), tenía muchas cosas en la cabeza: nuestro profesor más odiado se iba 15 días fuera y nos dejaba con un sustituta. Esta sustituta era muy buena persona y estábamos muy tristes de saber que se iría al cabo de 15 días, pero no era solo por su simpatía... Era una mujer normal, pero tenía unos pechos muy firmes y redondos realmente. Yo siempre he tenido una obsesión por los pechos de la mujeres, es algo que no puedo (ni quiero) controlar. Y estaba pensando en esas dos bolas que durante quince días vería diariamente de cerca ya que me sentaba en primera fila del aula.

Mientras pensaba y comía, vi por la ventana algo que me llamó la atención una chica, pero, un momento!!! Yo a esa chica la conocía, era una chica que mayor que yo que conocía desde hacía años y hacía mucho tiempo que no veía, y parece que entonces era una de las monitoras para cuidar a los chicos de ESO que también se quedaban a comer. Terminé rápido de comer. Y la fui a saludar, se sorprendió de encontrarme allí y o también. Ella es una persona muy extrovertida y divertida de piel muy morena y los pechos más hermosos que se puede imaginar uno. Una chica a la que (aún espero) poder tener algo con ella algún día... Una de las chicas de mis sueños, vamos...

Estuvimos hablando un buen rato, yo no podía apartar la mirada de sus bultos que guardaba debajo sus brazos cruzados. A las 3 el bar cerraba y se quedaban las monitoras a comer, por lo que me tuve que ir. Tenía una hora libre en la calle, no sabía que hacer así que empecé a andar hacia las afueras de la ciudad, para ir a algún lugar. Caminaba y cinco minutos después las casas empezaron a hacerse escasas. Hasta que en un lado del camino vi un campo de hierba, no me lo pensé dos veces al entrar a él. Había también un gran árbol que hacía mucha sombra me senté porque eran tiempos en que aún duraba el calorcito. Entonces vi algo en el suelo, me acerqué. Y vi que era un envase de preservativo. Al lado vi otro, había unos cuantos. ¡Allí venía una pareja a follar cada noche! No me lo podía creer, acababa de descubrir un "nidito de amor" esto empezó a excitarme un poco. Vi el campo de hierba, eran solo las 3:10h aún tenía mucho tiempo para volver al instituto (que quedaba muy cerca de allí) a las 4:00h así que me tumbé para relajarme y pensar.

Por mi mente empezaron a venir todo tipo de cosas, relacionadas con el instituto, con los nuevos amigos, con los profesores... Me puse a pensar en mi nueva profesora, lo simpática que era y lo buena que estaba y de ahí en la monitora del comedor de los niños de ESO, en total cuatro pechos fantásticos que tendría delante de mí un tiempo, pensaba en ellas dos haciéndome tremendas cubanas, cabalgándome la polla con yo tumbado boca arriba, chupándomela y sorbiéndomela, un montón de cosas...

Noté como se me iba poniendo dura, cada vez más. La verdad es que eran muchas emociones en un solo momento. Entonces dudé un momento, solo un momento, y me la saqué. La tenía totalmente preparada para la acción. Miré a mi alrededor y vi que la hierba alta me cubría por completo: la poca gente que pasara por allí no me vería. Así que empecé a jugar con mi falo, primero solo tocármelo y frotármelo pero después empezé a meneármelo con mi mano derecha. Cada vez se estaba volviendo más duro. Yo seguía dándole fuerte y cada vez aumentaba aquella cosita que tanto me gusta que sentir en la base de mi pene. En mi mente había la imagen de yo y la monitora haciéndolo allí mismo: ella encima de mi, sentada sobre mi con mi falo dentro y saltando y haciendo botar sus inmensos pechos, yo se los chupaba y lamía mientras en mi polla reinaba el placer. Yo me mojaba la mano con saliva para aumentar el gusto y con mis dedos hacia suaves caricias a lo largo de todo el tronco, entonces me lo agarraba fuerte y empezaba a tirar atrás mi piel, y después de nuevo hacia delante cada vez acelerando más el ritmo, haciéndome sentir cada vez más al borde de la locura a la que puede caer uno cuando su cuerpo se compone de placer. Cada vez era más insoportable, me subí la camiseta y empecé a gemir y a gemir, allí no oía nadie así que me atreví a hacerlo en voz alta. Entonces empezaron, esos momentos mágicos antes del orgasmo, en que la lechita aún está retenida pero hace toda la fuerza sobrehumana para salir de allí pero yo no se lo iba a permitir sin lucha, lucharía hasta el final así que lo retuve mucho y mucho tiempo hasta que su fuerza fue mayor entonces me la apreté muy fuerte y bajé el ritmo mis sacudidas de forma descarada, entonces sucedió: pegué un grito de desesperación cuando un rayo de leche salió disparado desde la punta pasándome caliente por todas las tuberías del interior de mi falo. ¡Que maravilla! Era semen ardiente que me brotaba al largo del tubo para salir y caer por fuera del mismo hacia mi barriga ¡Que delicia!

Suspiré durante un rato, y después miré el reloj: 3:40, tenía tiempo de sobra para volver tranquilo. Aquello me había gustado mucho, me sentía muy bien. Entonces fui a mi clase de la tarde muy feliz.

No creo que haga falta decir que la semana siguiente lo repetí!

Instrucciones para la masturbación del hijo

Si lees estas líneas es porque hoy cumples trece años y porque yo estoy muerto. Las redacto antes de partir a la batalla, casi sin armas, para enfrentarme a un enemigo superior. Ahora eres un niño de once meses —llevo aquí tu foto— pero mi ahora es tu ayer y no nos sirve. Escribo a trompicones. Las balas pasan tan cerca que es probable que ya tengas trece años. Es buen momento, entonces, para que tengamos una charla de hombre a hombre. Me habría gustado hacerlo en persona, pero ya ves: las cosas nunca son como las deseamos.

Supongo que el vivir sin tu padre te marcará para siempre. Has visto mis fotos, te han contado algunas historias, quizás te han dicho en qué guerra he muerto, pero no puedes imaginar al hombre que fui. No te preocupes, nadie podría. Además, yo no soy el de las anécdotas felices, ni tampoco soy el hombre que aparece en los retratos que miras. Las personas se conocen de verdad en medio del aburrimiento y traban amistad, si lo hacen, con la rutina de los días. No tendremos —no tuvimos— esa suerte.

Entre estas rutinas hay una, que ocurre más o menos a tu edad, en donde el padre debe tener el valor de dar al hijo consejos fundamentales. Voy al grano, porque tengo poco tiempo y menos luz. Es muy probable que hayas comenzado a notar ciertos cambios en tu cuerpo. Tu madre, que es una mujer bondadosa pero poco dada a la conversación, no sabrá explicarte qué ocurre, ni darte consejo para que aquello ocurra de un modo placentero. No la culpes, porque es un tema masculino. Y, si me apuras, sólo de ciertos hombres.

En breve tendrás (o quizá ya los tengas) amigos mayores o más espabilados que te explicarán las mejores técnicas para el desahogo automático del cuerpo: dormirse la mano, por ejemplo, o agujerear medio kilo de carne y calentarla hasta los veintinueve grados. Todo esto será válido y al mismo tiempo será falso. No redacto esta carta para enumerar maniobras eficaces ni para revelarte accesorios.

El chimpancé también hace lo que haces tú cada noche. Con un poco de suerte, en un laboratorio se le podría enseñar al chimpancé la técnica de dormirse la mano, o la de calentar un trozo de carne, para darse mejor placer. Pero tú tienes algo que el chimpancé no tendrá nunca. Me refiero a una herramienta muy poco valorada por los adolescentes y por los hombres vulgares: la fantasía privada.

La fantasía privada, la masculina, la secreta, se construye sobre la base de dos consignas: qué haría yo si, cuando eres joven e inexperto; y qué hubiera pasado si, cuando eres mayor y te arrepientes de las oportunidades perdidas. Con estos mínimos recursos los hombres de bien le ponemos fin al tema de la imaginación, una herramienta que, por lo demás, utilizamos poco.

Ahora eres muy joven, pero llegarán tiempos de padecer un largo viaje en avión o tren, de intentar conciliar el sueño en vano, de esperar en una esquina a que llegue alguien que no aparece... Es entonces cuando debes hacer uso del qué haría yo si, y del qué hubiera pasado si. Con la práctica, cualquier tiempo monótono puede convertirse en un tiempo clandestino.

Toma papel y lápiz, porque lo que voy a decirte es más valioso que cualquier manualidad que te enseñen, en la escuela o en la calle, tus camaradas mayores. La imaginación privada masculina se desarrolla únicamente en dos contextos:

a) bajo el amparo de un hecho inconcluso del pasado (`qué hubiera ocurrido si me animaba a proponerle un trío a las mellizas Klein la noche que estaban borrachas al lado de la piscina; desarrollar la idea hasta acabar'); o

b) en la sospecha de un futuro improbable (`qué haría yo si la vecina del quinto me viene a pedir azafrán un sábado a las dos de la madrugada, en camisón; explayarse sobre el tema hasta acabar').

No hay más recursos que esos dos; ni en el universo de la fantasía masculina, ni en la literatura erótica en general.

Con estas introducciones no te serán necesarias las películas pornográficas, ni las revistas donde aparecen mujeres desnudas, ni los prismáticos en la oscuridad para fisgonear las azoteas. Qué haría yo si… Qué hubiera pasado si… Esas cuatro palabras, y no otras, deberán servirte como contraseña para todas tus noches, desde la noche de hoy y para siempre.

Los hombres —mayores o púberes, lo mismo da— tenemos una extraña virtud: sólo sabemos de qué modo actuar cuando ya ha pasado la ocasión propicia o cuando ésta aún no se ha presentado. En el momento preciso, justo allí, no podemos reaccionar; antes y después, lo tenemos más claro que el agua. Pero al menos lo sabemos, con tardanza o con clarividencia, pero lo sabemos; y eso es lo que importa. El chimpancé no lo sabrá nunca; ningún animal de la selva sabe casi nada sobre la frustración.

Como te he dicho al principio de esta carta, hijo, las cosas nunca son como las deseamos, y esa verdad es la madre de la imaginación privada. A tu edad, y durante algunos años, tus fantasías nocturnas te llevarán por el camino de la ficción, porque todavía no tendrás memoria de tus fracasos; pero con el tiempo, todos los hombres nos quedamos con una sola fantasía privada. Una sola. Y siempre comienza con la triste música del qué hubiera ocurrido si. Volvemos a reeditar, una y otra vez, la misma escena trunca que nos obsesiona.

¿Qué harías, hijo, si la joven profesora suplente de francés, que te ha encontrado fumando solo en el baño del colegio, en lugar de llevarte de una oreja a dirección te pidiera un cigarro y se quedara allí, contigo? ¿Qué harías si, entre calada y calada, te confesase que se ha separado hace tres meses y que echa de menos el calor de alguien en su cama? Y si enseguida te dijera, por ejemplo, que pareces mayor de lo que eres y después te rozara al descuido una pierna, tú, ¿qué harías?

Yo, que soy tu padre y quizás ya estoy muerto, hace algunos años fui un alumno estúpido y tembloroso. La historia con la profesora de francés me ocurrió en la vida real, no en el mundo privado de las sábanas, y entonces me escapé del baño; corrí por el patio del colegio como un cobarde. No supe qué hacer con semejante porción de realidad servida en una bandeja. Huí.

Antes de ese día mis noches eran irreales de principio a fin. Utilizaba únicamente el que haría si y con eso me contentaba. Pero desde esa misma tarde, solo en la cama o en la ducha, comencé a descubrir las infinitas variantes que me había ofrecido, sin saberlo, la profesora suplente de francés. Ella había abierto una puerta. El placer ahora me resultaba más doloroso y humillante, pero su hallazgo inauguró un sin fin de mundos paralelos.

A veces yo la desnudaba en el baño del mismo colegio, trabando la puerta con el talón de mi zapato. Otras veces iba a su casa la noche siguiente, y ella me había dejado la ventana de su cuarto entreabierta. En ocasiones nos encontrábamos en el gimnasio, y estirábamos unas colchonetas raídas; o nos escondíamos de todos en la oscuridad del salón de actos. A veces, en mi fantasía, la chica que me gustaba nos veía desnudos y se ponía celosa. Otras veces se acercaba a nosotros, se nos unía. Cada noche yo tenía un romance diferente con mi profesora de francés. Un romance que comenzaba, siempre, con la conversación real y la caricia real en la pierna. Esa verdad sin discusión le daba al resto de la utopía un poder deslumbrante.

Cuando terminé los estudios seguí fantaseando con ella. Al casarme con tu madre continué viviendo en el mundo solitario de mi profesora de francés. Incluso cuando quiero poner la mente en blanco o pensar en otra cosa, la película comienza y no puedo dejar de verla hasta el final, porque el final nunca es el mismo. Todavía lo hago algunas noches, cuando esta guerra absurda me permite estar solo y a oscuras. Imagino el momento inicial del cigarrillo y la conversación que alguna vez ocurrió en este mundo, y después construyo las diferentes variaciones que pudieron ser y no fueron. Las del otro mundo, las que me completan.

Ojalá pienses, durante tus primeras noches de placer solitario, en mi profesora de francés, en esta historia que te he contado. Comienza a imaginar la escena por donde yo la he dejado: cuando ella me mira, fuma despacio y me roza una pierna. Ella era guapa, y tenía algo de tristeza en los ojos. Después puedes continuar la historia por donde tú quieras. Acaba por mí, hasta el último de los días.

El desahogo masculino es un amor a destiempo, un romance nocturno que ocurre en épocas paralelas que no se cruzan. Se parece mucho a esta conversación remota, hijo, en la que yo le hablo al hombre que serás, y en la que tú me escuchas cuando ya estoy muerto.

jueves, 29 de julio de 2010

Mi primera paja a los 12 años

Aun me acuerdo de cuando me hice la primera paja, acababa de cumplir los 12 años por aquel entonces aun iba al colegio, de eso hace ya tiempo. Debo decir que no soy gay para que nadie me confunda, me gustaba mirar a mis compañeros cuando vestían en pantalón de deporte cortos, miraba cuando se abrían de piernas y se les veía los slip y el paquete, a mí por aquel entonces eso me ponía y se me ponía dura mi pollita. Un día de aquel entonces cuando llegué a casa entre en mi habitación, abrí un cajón , cogí un pantalón de deporte azul de naylon y me lo puse sin slip debajo eran de esos pantalones que no llevan telilla, cogí un espejo no muy grande y lo puse en el suelo apoyado en la pared, me puse enfrente del espejo de cuclillas y me abrí de piernas de cara la espejo y me vi a mi mismo con 12 años. Veía como a través del canalillo del pantalón de deporte mis huevecitos y mi pollita y me excite. Sin saber como, me saque la pollita por el canalillo del pantalón de deporte y me senté en el suelo. Mi pollita se me puso dura y empecé hacerme una paja sin darme cuenta, sentía algo extraño en mi pollita al iniciar el sube y baja que me gustaba, mi capullito se llenaba de una espuma rara a si como la palma de mi mano al practicar el sube y baja, aquello era el liquido preseminal de adolescente A los pocos minutos de mi primera paja sentía como en mi pollita un gustito raro pero muy bueno que me gustaba que cada vez iba a mas aquella sensación. En un momento sentí como mi pollita se endurecía mas y mientras me hacia el sube y baja me empezó a subir un placer jamás sentido, ese gusto o placer me iba llegando cada vez mas fuerte y mas y mas, no savia lo que se me venia encima pero solo savia que no me podía parar, hasta que llegue al climax y de mi pollita empezó a salir un liquido espeso blanco cayendo en mi pantalón de deporte notaba como mis huevecillos bombeaban algo, era mi semen de adolescente, tenia mi mano completamente llena de aquel liquido que parecía un moco y mi pantalón de deporte lleno de gotitas espesas, me olí la mano y olí el semen por primera vez, me di cuenta que ya me podía dar placer a mi mismo masturbándome y así fue como me hice la primera paja con 12 años.

Haciendose el Amor

Hoy relatare como es que "me hago el Amor". Me gusta decirlo así, por que es un momento tan personal, tan de uno mismo, que cada quien lo hace de una manera que lo haga sentir propia. La masturbación es un momento de placer privado, y que en veces, llegas a disfrutar tanto o mas que una relación sexual con una pareja.

En fin, les contare lo que paso un día.

Aquel día fue tan atareado, era viernes de una semana tan pésima, era una semana de exámenes. Aquellos días parecían eternos, una tortura vamos. El estrés brotaba al por mayor, pero por fin llegaba el viernes.

Llegue a las 7 a mi casa después de ir al gimnasio. Cuando llegue, recordaba las decenas de chicas lindas que vi en el gym. De todo tipo, bajitas, altas, blancas, morenas, gorditas, delgadas, unas eran diosas y otras no estaban tan mal. Recordé que pase bastante tiempo sin terminar lo que hacia, solo observaba a las chicas hacer ejercicio, pasar frente de mi, verlas como se movían haciendo aeróbic, mostrando sus piernas, sus pechitos, y sus exquisitos culitos. En especial, mi vista se centraba en dos chicas; una era rubia, y otra n poco mas morenita, eran dos lindas amigas, en especial, aquella chica de ojos verdes y dorados cabellos. Ella era alta, de una figura bastante cuidad; sin duda, era una chica de 10.

Recibía descargas de lujuria cada vez que se agachaba, o hacia movimientos de ese tipo. En un instante de observarla me encontraba muy excitado, pero tenia que disimular. Mi mente pensaba miles de cosas: una noche cachonda con aquella chica, ella saboreando mi verga, o haciendo el amor en la playa, un trío con su amiga, y demás imágenes calientes pasaron por mi mente. De repente, escuche como un grupito de chicas estaban murmullando entre risitas picaras, y voltee....creo que se estaban riendo de mi de la forma en que miraba aquella chica, solo les respondí con una risa coqueta.

Estas dos chicas, se veían bastante prendidas, varias veces las sorprendí espiándome cuando si me dedicaba a los ejercicios. Estaba dudando si ir a hablar con ellas, pero no me sentía de humor, mejor, pensé que seria otro día.

Después de deleitarme visualmente, fui a cambiarme de ropa. Al momento de desnudarme recordé a esa chica, y tuve de nuevo una gran erección. Estuve tentado en masturbarme, pero no era un lugar cómodo. Había pasado una semana sin hacerlo, así es que mi verga pedía a gritos eyacular.

Conduce como poseso hasta mi casa. Al llegar, de prisa entre a la ducha.

Cogí ropa, y una toalla. Entre al baño, y abrí la llave de la regadera. Me desnude poco a poco, por mientras lo hacia, sentía como me dolían los músculos por mientras me movía. Me quede desnudo frente al espejo. Me observe por todas partes, me toque mi cuerpo todo sudado, y recordé a aquella chica, lo cual fue demostrado por una erección feroz. Toque mi pené por mientras me observaba, se veía de un tamaño mas que considerable. Lo note muy duro, bien dilatado y excitado. Así, bien caliente entre a bañarme. El agua fría hizo contraste con mi calentura. Empecé a masajearme con el agua, y tome el jabón. Cerré los ojos para disfrutar el suave tacto del jabón en mi cuerpo. Mis manos paseaban resbaladizas por todo mi cuerpo. Pasaron de mis pectorales, por mi abdomen, y mi pubis deteniéndose en mi verga. La empecé a tocar suavemente, la llenaba de resbaladizo jabón, para que mis manos resbalaran produciéndome una sensación placentera. Me recargue en la pared para disfrutar mas mis carisias. Mis manos pasaban por todo el largo de mi falo, deteniéndose en el rojo glande para tocarlo suavemente con la punta de los dedos. Mi otra mano tocaba mis testículos apretándolos suavemente. Mis dedos tocando el frenillo me hacían regocijarme de gozo. Mi otra mano, pasaba por mis nalgas, las apretaba sintiendo su dureza; tocarlas me hacen sentir placer.

Mis carisias duraron bastante tiempo, mi excitación casi me provoca que me corriera, pero lo evite. Varias veces casi iniciaba a hacerme una paja, inconcientemente. Pero mejor lo haría en mi habitación.

Termine con la ducha, y salí solo en boxers y sin camiseta. Entre a mi habitación, y cerré con seguro, para que nadie molestara.

Encendí la computadora y me conecte a Internet.

De prisa busque satisfacer mi calentura. Entre a varias paginas de imágenes porno. Veía cada cosa: chicas desnudas mostrando sus culitos, enseñando sus puchitas calientes y jugosas, gente follando y demás.

Tales imágenes provocaron que me calentara muchísimo. Mi pene ya se asomaba por la abertura de las piernas de mi ropa interior. Lo toque desde la base y recorrí mi mano hasta tocar mi glande con las manos frías. Lo palpe hasta sacarle liquido preseminal. Sentía lo duro que estaba, las venas resaltadas lo hacían tener una textura exquisita. Los 22 Cm se mostraban relucientes entre mis manos.

Me desnude completamente y abrí esta pagina de relatos. Por mientras iba leyendo, tocaba suave y delicadamente mi enhiesta verga. Recorría el pellejo con mi mano rodeándola y lo regresaba por mientras estimulaba la punta de mi hinchado glande.

Me encanta mi verga, es grande y gruesa, creo que es una de mis partes favoritas de mi cuerpo y esa noche lucia descomunal. No se si por que estaba desestresandome o por que no había eyaculado en días.

Posaba mi verga en mi abdomen para que sintiera lo caliente que estaba, lo sobaba por debajo para que mi otra mano pudiera masajear mis hinchados testículos.

Pensaba en las chicas que había visto, a aquella en especial, haciendo el amor en todas las posiciones. Me la imaginaba haciéndome una gran mamada, la veía como se tragaba mi polla por mientras yo la tomaba de la cabeza; jugaba con su lengua en mi pene, pasando una y otra vez esa húmeda lengua por la cabeza de mi verga. De repente, me la imagine ella sobre mi, sentada en mi polla, moviéndose como loca, teniendo un orgasmo que la dejaba desvanecida, para que yo aprovechara y al tomaba de su cuerpo, la ponía de espaldas y la penetraba por su culito. Entonces, llegaba su otra amiga, y me acercaba su rica vagina, para que le diera una buena chupada.

En ese momento, mi mano iba mas rápido que antes, frotando todo mi pene, jalando de arriba abajo, mi respiración era agitada, y sentía miles de sensaciones en toda mi verga. Mi mano se llenaba de liquido preseminal, así es que por mientras mi otra mano manobriaba ese ardiente pedazo de carne probaba esos jugos, poniéndome aun mas cachondo. Mis manos bajaron suavemente por mis pectorales, tocando mi suave piel, tocaron mis pechos con los pezones bien excitados. Mi mano bajo por mi cintura, hasta tocar mis nalgas. Después, se pasaron por mis fuertes muslos, y subieron hasta tocar la punta de mi pene. Voltee hacia abajo, y la note roja, dilata, descomunal, deseaba que alguien viniera y la probara con su boca, que la llenara de besos, que se pusiera a disfrutar de aquel pedazo de carne, que desearan que se las metiera en su coñito para pasar una noche ardiente.

Ya no aguantaba mas, así que deje mis furtivos masajes, y deje de pajearla.

Me recosté en mi cama bien abierto de pies, y unte lubricador en todo mi pene. Eso me puso mas excitado, estaba a mil. Empecé a jalar de arriba a bajo disfrutando cada vez que mi ano llegaba a la base y subía hasta el glande. Lo sacudía para todos lados, mis cajones chocaban con mi cuerpo, produciendo ese ruido característico. Gemía de placer, me retorcía sintiendo la suaves sabanas tocar todo mi cuerpo.

En veces me detenía para no acabar, y lo acariciaba muy despacio. Pensaba en chicas, en mis relaciones sexuales anteriores, en fin, mi mente solo pensaba en sexo.

Por mientras me tocaba todo el cuerpo lo olía, lo sentía, lo disfrutaba. Mi pene se encontraba ya muy caliente, casi apunto de explotar.

Lo volví a tomar, para reiniciar mi paja. Esta vez, después de casi una hora y media de juguetear y disfrutar con mi verga decidí culminar.

La tome con fuerza, y comencé furioso, los jadeos y movimientos eran rápidos. Lo pajeaba por mientras lo movía hacia los lados, escupía pequeños chorritos de semen. Estaba apunto de desbordarme en un orgasmo. Tomándolo con las dos manos tome un ritmo mas lento. Jalaba mas fuerte pero no tan rápido. El semen estaba ya acumulado en la base de mi pene, estaba solo esperando que tuviera mi orgasmo para salir disparado.

Lo tome nuevamente con una mano, para que el ritmo se hiciera mas veloz. Me estaba perdiendo en un mundo de jadeos y espasmos, mi respiración agitada, mis gemidos entre cortados, la sensación punzante y placentera de mi pene que se concentraba en mi glande, estaba haciendo que me derritiera de gozo. Tal deleite me hizo olvidarme de todo, estaba solo pensando en el placer que me proporcionaba mis manos. Movía mi cintura para arriba, flexionaba las piernas, hacia un gran esfuerzo para no derramarme todo.

Pasaron varios minutos luchando para evitar mi eyaculacion. Pero no pude mas, por mientras mi mano se movía rápidamente, y apretaba gradualmente mas, algo hizo que flexionara el cuerpo, levante levemente las piernas, y sentí como el semen recorría todo mi falo, avanzando furiosamente, sentía como ese semen caliente hacia que mi pene se llenara aun mas de calor, que se hinchara aun mas, me estaba inundando de espasmos y mis músculos se retorcían, ; 4 lechazos salieron veloz por el orificio de mi glande, llegando a pegar en mi cara, en mi pecho, y otros caían en la cama; empecé un orgasmo que parecía eterno, el semen que salía estaba hirviendo, lo sentía en todo el cuerpo, no dejaba de salir. Me estaba corriendo vilmente, estaba teniendo un orgasmo indescriptible; todo lo que había guardado en esa semana estaba saliendo, produciéndome un placer enorme. El semen se sentía caer en mi abdomen, anunciado casi el final de mi orgasmo: pero no todo acabo, al momento de mi desbordamiento de placer empecé a pajeer nuevamente, produciendo que mi orgasmo durara aun mas. Mi mano llena de semen se resbalaba por todo mi pené. Los últimos chorros de semen llenaron todo mi pubis.

Mi mano temblorosa lo soltó, dejándolo caer sobre mi cuerpo. Los espasmos se reducían poco a poco. mi respiración se calmaba y me quede con una mano sobre el pecho y otra sobre la cama. Me quede dormido así.

miércoles, 28 de julio de 2010

Máximo placer

Soy Esteban tengo 17 años 1.75 cm. Cabello castaño contextura normal me declaro ser heterosexual me encantan las mujeres las admiro su belleza en especial de una mujer que me quita el sueño y ansío poseerla y hacer disfrutar de mis encantos viriles.

Desde un tiempo atrás me he convertido en un asiduo seguidor de relatos eróticos en la red los cuales me parecen los más excitantes y lujuriosos a tal punto que solo de recordarlos me provoca una gran excitación en especial de aquellas historias de adolescentes habidos de sexo que descubrieron o tuvieron su primera experiencia sexual. Francamente me fascina leer aquellos relatos gay entre chicos que tuvieron sus primeras experiencias masturbatorias o esas travesuras sexuales que me hacen recordar las que yo hice en mi adolescencia y las recuerdo y disfruto al recordarla como por ejemplo cuando en los paseos del colegio a las playas donde encontré las emociones más excitantes, nuevas e interesantes por que fue allí donde tuve mi primera experiencia con la masturbación entre amigos yo todavía no conocía este mundo de sensaciones placenteras y fue esa en una noche en un hotel con mis compañeros de habitación

Esa noche cuando nos disponíamos a dormir el calor era sofocante y decide tomar una ducha antes de dormir mis dos compañeros y yo nos peleábamos por bañarnos primero así que les gane entre primero al baño me desnude y bajo el chorro de agua comencé a disfrutar del baño, mis dos compañeros no se resignaron así que entraron al baño sorpresivamente. Se quedaron mirándome completamente desnudo entre risas y bromas comenzaron hacer comentarios sobre el tamaño de mi pene el cual estaba completamente flácido pero repentinamente fue engrosando y creciendo yo creo para defender su honor estaba erecto como una roca y lo tome entre mis manos y les mostré todo esplendor. Yo tenia 14 años nunca me había excitado de tal forma y los desafíe a probar quien poseía el mejor ejemplar no tardaron mucho y comenzaron a desnudarse quedándose completamente desnudos cada cual tenia lo suyo y sacaba a relucir sus encantos. Los tres nos quedamos perplejos mirándonos desnudos y con los penes erectos.

Francisco tomo la iniciativa comenzó a tratar de medirlo con los dedos su miembro y se falto como dos dedos mas de los diez para alcanzarlo (tenia un pene largo con escasos bellos rubios y dos grandes huevos que le colgaban y una hermosa nalga puntiaguda sinceramente un encanto) . Fue el turno de Santiago tenia los diez dedos completos y fue mi turno nunca alguien me había cogido de mi sexo sin que haya sido yo , me lo agarro del glande y lo tiro hacia el se arrodillo para mirarlo bien .Yo estaba que me moría por que me imaginaba que se lo iba o chupar (claro esta que a todos nos gustan las mujeres) así que lo tomo entre sus manos y comprobó que el mío era el mas grueso y el del mas largo y delgado.

Nos secamos y salimos como ya no había secretos entre todos permanecimos desnudos por la habitación cada quien en su cama y de repente Santiago en su cama comienza a acariciarse su pene y hablar acerca de nuestras compañeras de curso sobre cual tenia mejor trasero. Y de repente que le sele un liquido blanco de su pene y moja todo su dorso de este liquido mi sorpresa fue barbara dándose cuenta francisco de mi asombro ya que yo solo sabia acariciármelo y fantasear con mi pene pero nunca había eyaculado así que me pregunta si no me hacia la paja a lo que respondí que no. Así que el muy comedido bajo de la cama y fue al mía mi pene estaba erecto a punto de reventar y me dice yo te voy a enseñar.

Y tomo con su mano mi pene y comenzó con movimientos lentos de arriba hacia abajo cada vez mas rápidos yo me entregue no hacia nada hasta que me dio su pene para que yo también lo hiciera fueron momentos de excitante placer cuando sentí que de mi interior un rico dolor orgasmico mi cuerpo se tendía a lo largo de la cama y le dije que parara que yo continuo y fue cuando expulse mi primer chorro de semen fue tal la fuerza que le salpique su pecho y este aproveche para lubricar su mano y terminar su paja.

Pero no termino así todo ya que esa experiencia me condujo a otra ninguno de los tres era gay yo luego de tal deleite cruzaron por mi cabeza esa sensación en el cuarto de baño cuando estaba arrodillado y crei que me lo iba a mamar mi pene.

Eran como las tres de la madrugada y no podía dormir solo por pensar en lo sucedido. Así que miro a francisco tendido en su cama exhausto y dormido así que me levante de la cama he iba al baño cuando al pasar por la cama de Francisco lo miro tendido sobre la cama desnudo con una tanguita negra y un gran bulto en su entre pierna así que me deslizo por el suelo hasta llegar a su cama queria volver a tener su pene entre mis manos así que las deslizo suavemente y palpo un bulto son sus testículos subo y encuentro ese largo pene introduzco mi mano en su interior y saco su miembro miles de ideas pasan por mi mente y comienzo a querer masturbarlo pero un impulso me provoca llevármelo a la boca y lo hago me introduzco su pene en mi boca saboreo su grande y una gota de su semen que ha quedado esa experiencia para mi fue máxima pero cabe aclarar que no me gusten los hombres pero termine buscando una sus tangas manchadas de semen para masturbarme.

En mi intimidad soy libre con mi cuerpo

Dándome gusto con mi cuerpo, no tengo pudor con mi el, soy libre. Desde pequeño he asistido a clases de yoga. Esta actividad me ha dotado de una gran flexibilidad que no dudo en utilizar en mis practicas sexuales, tanto solo como acompañado. Por ejemplo mi practica masturbatoria preferida es la autofelacion, y la postura que suelo utilizar para ello es tumbado de espaldas pasando mis piernas por detras de mis hombros y cruzandolas detras de mi nuca. Es una tecninca que requiere una gran flexibilidad que afortunadamente, y como ya he dicho, yo he conseguido desarrollar.

La ultima ocasion que he tenido para llevarla a cabo fue hace apenas unos dias, durante un fin de semana mis compañeros de piso se habian marchado de acampada y me habian dejado completamente solo. Pase toda la tarde con el ordenador viendo porno de todo tipo: hetero, gay, trans, zoo, scat... Mi pervertida mente no dejaba de inventarse fantasias con todo lo que veia, imaginandome que era yo el protagonista de aguellas escenas. Mientra tanto, paseaba distraidamente mi mano por debajo de mi ropa. Me di cuenta de que mis pezones estaban completamente erectos, me quite la camiseta y pude ver como se habian endurecido, asi que comence a jugar con ellos, acariciandolos y pellizcandolos. Estuve un buen rato disfrutando del cosquilleo que me producia hasta que ya no pude mas y decidi que debia ir hasta el final.

Me desnude por completo, mi polla estaba dura e hinchada, al apretarla una gota de liquido pre seminal apareció en su punta, acerque mi cabeza y la recogi con mi lengua para poder saborearlo. Me acaricie las piernas desde el interior de los muslos hasta mis pies. Los mire, pequeños, finos y bonitos. Me tumbe de espaldas en la cama y ayudándome con las manos aquellas maravillas a mi boca. Bese los empeines, lami las plantas y comenzó chupar los dedos introduciendo mi lengua entre ellos. El placer era inmenso. Aprovechando que en esa postura mi culo quedaba completamente descubierto, moje uno de mis dedo con saliva y me lo intruje, pero no era suficiente asi que enseguida ya tenia dos dedos entrando y saliendo de ano mientras succionaba con fuerza el pulgar de mi pie izquierdo. Entonces mire mi polla y volvi a ver aquel transparente liquido saliendo por su punta. Era el momento de hacerlo, me coloque en en mi postura favorita y antes de empezar a mamar, lubrique con saliva tres dedos de mano derecha y me los introduje en mi recto. Ahora ya estaba preparado, asi que comencé a chupármela llegando a introducirme la mitad de mi miembro en la boca. La sensación era indescriptible. Con los ojos cerrados me imaginaba que a alrededor de mi cama se encontraba mis compañeros de clase observándome como me masturbaba, mirándome en aquella posición. Mis piernas cruzadas tras mi nuca, mi mano izquierda sujetando mis caderas mientras los dedos de mi mano de derecha jugueteaban salvajemente en el interior de mi culo. De vez en cuando dejaba mi de chupar mi polla y estirando el cuello alcanzaba alguno de mis testículos y lo succionaba. Segui con aquella maravillosa mamada hasta que mi cuerpo comenzó a temblar, sacudido por un tremendo orgasmo que casi hizo que perdiera el conocimiento. Mis labios notaron como el semen atravesaba mi verga. Un chorro espeso inundo mi boca, pude probar su sabor acido y salado y sin pensármelo demasiado comencé a tragar. Empuje con fuerza mis caderas introduciendo mas profundamente mi polla que no dejaba de disparar un chorro tras otro directamente a mi garganta. La sensación que me producia sentir aquel viscoso liquido recorriéndome por dentro me volvia loco.

Quede exahusto, tumbado sobre mi cama, acariciando suavemente mi cuerpo desnudo. Con un dedo recogi las ultimas gotas que habian quedado en mi barbilla, me quede mirandolo un momento, y con una sonrisa me lo meti a la boca, disfrutando una vez mas de aquel delicioso sabor.

Pajas en un baño

Contare una experiencia que tuve en una ocasion en una terminal de autobuses, sucede que viniendo de viaje de vacaciones en una teminal de autobuses me baje del autobus llegando a la terminal e inmediatemente me dirigi a los baños pues ya tenia muchas ganas de orinar, al entrar al baño este se encontraba completamente vacio, asi que me dirigi a los urinales, el cual era como una canaleta que iba de una pared a otra de acero inoxidable, asi que me puse rapido a orinar, como a los 3 minutos entro otra persona tambien a orinar y se puso en el otro extremo del urinal, comenzo a orinar,por lo que no le di importancia, pero despues de unos segundos el tipo se comenzo a ordeñar la verga quitado de la pena no le importo que yo estuviera ahí, y yo volte a verlo y vi que se sacudia duro la verga para venirse, pero el no volteaba a verme como si yo no estuviera ahi.

Al ver esa situación a mi se me empezo a erectar tambien la verga y comence a hacerle segunda tambien me empece a masturbar y aprovechando que estaba solo el baño, despues de unos minutos el tipo se empezo a venir, vi como de su pene le brotaban largos chorros de leche que cain en el urinal, se veian chorros blancos en el fondo del acero inoxidable del urinal vi como se exprimio la verga hasta sacar la ultima gota. En ese momento yo tampoco puede aguantarme mas y tambien me vine, estabamos a escasos metro y medio de distancia, pero nunca volteo a verme, solamente termino de venirse se limpio y se salio como si nada, y al parecer trabajaba ahi en la terminal pues vi que se despidio de maleteros que estaban acomadando las maletas del proximo camión que estaba por salir. Saliendo de la terminal lo segui un rato rumbo a la calle donde uno toma taxis, pero nunca volteo a verme ni nada, yo queria que volteara para poder hacerle platica y ver si podia invitarlo posteriormente a que pudieras tener una sesion de masturbacion mutua pero no fue asi, él se perdio en la calle y ya no insisti en seguirlo, me imagino que a lo mejor andaba muy caliente en esa ocasion este amigo y solamente queria soltar un poco de tension en el baño y ya me hubiera gustado haberlo podido contactar y poder tener un compa de ordeñas mutuas, lo cual es muy dficil en estos dias ya que la mayoria busca sexo y no el disfrute de solamente una buena sesion de masturbacion, pero ni modo sera en otra ocasion.

Crónicas de un Pajero

No me acuerdo muy bien cuando empezó todo, pero tengo recuerdos vagos de mi niñez y mi descubrimiento de la masturbación. Los primeros intentos fueron juegos inocentes en los que apoyaba mi pelvis contra la esquina de mi cama o de una mesa o silla, de manera que mi pene quedara aprisionado por el peso de mi cuerpo y abría y cerraba mis piernas en forma de tijera cada vez con más rapidez y así lograba la erección de mi pene y a la vez orgasmos, pero todavía sin eyaculaciones. A este jueguito yo le llamaba "Pito gane" en alusión a "Pito grande" pero en lenguaje infantil.

A veces ese juego lo hacía con mis primos, pero en vez de apoyarme en una mesa, silla o cama, lo hacíamos alternadamente sobre nuestros glúteos, esto sucedía cuando jugábamos al doctor, pero nunca nos penetramos.

Durante toda mi infancia seguí con esta forma de masturbarme, y en ocasiones jugaba con mis primas y un par de veces pude apoyarme en sus colas y hacerles mi famoso "Pito gane" En una oportunidad jugando con mis dos primas (Valeria y Daniela, ambas 5 años menores que yo) Valeria se acuesta boca abajo sobre una cama, entonces Daniela (la menor de ellas) me propone de manera inocente:

¿Vamos a aplastarla a Valeria?

Yo sin entender lo que quería hacer le dije, bueno dale...entonces ella se acuesta sobre Valeria boca abajo y me invitaba a mi a hacer lo mismo...con lo que a mi se me iluminaron los ojos ya que me servía en bandeja la oportunidad de apoyarla. Entonces me acosté sobre ella y acomodé mi pene que ya se comenzaba a poner duro sobre su cola y una vez acomodado comencé mis movimientos con mis piernas y coloqué mis manos entre el colchón y las tetas de Valeria (que por ese entonces ya las tenia muy grandes) para aguantar mis movimientos y así culmine un orgasmo espectacular. (Aquí creo yo que nació mi vocación por apoyar cualquier culo que pudiera) Mas tarde quise repetirlo pero ellas no accedieron. Quizás Daniela se dio cuenta de algo, pero no dijo nada.

Un hecho en la escuela primaria marcó mi predilección por el exhibicionismo. Estando en 7º grado tuvimos que hacernos una revisación médica de rutina, que incluía la revisación de los genitales. Entramos 5 chicos a un cuartito que servia de enfermeria, y para sorpresa mía había solo doctoras. No lo podia creer y eso me ponia a mil porque tendría que ¡mostrarle mi pene a una mujer! La revisación incluía: medirnos, pesarnos, control de la vista, el oído y verificar nuestros genitales. Cuando llegué a esa etapa me encontraba de frente a la Doctora y ella en su escritorio sentada y me dijo:

Mostráme el pene y corréle la piel para atrás como cuando te bañas...y después de decir esto dirigió su vista a mi entrepierna para mirar mis movimientos

Yo accedí bajando el elástico de mi pantalón junto con el de mi calzoncillo con mi mano izquierda y con la derecha saqué al aire mis huevos y mi pene, que ya estaba semierecto por lo caliente de la situación y con el pulgar y el índice descorrí mi piel hacia atrás, (que todavía estaba pegada al glande por una fina telita) y esperé el veredicto. La doctora miró mi pene unos instantes, y pude notar en su mirada ojos que eran de asombro, no sé si porque no esperaba ver un pene tan desarrollado para mi edad o por que yo tenía una leve desviación hacia abajo y a la izquierda. Eso no lo voy a saber. Luego levantó su mirada y le dijo a una ayudante en un código que solo ellas saben "SP" supongo que será "Sin Problemas" no creo que sea "Super Pija"

Mi adolescencia continuó con mis masturbaciones de la misma manera, pero ahora ya colocaba entre mi pelvis y mi cama mi almohada doblada, de manera de simular un culo. Progresivamente mientras crecía, también lo hacían mis genitales y ello hacía también que comenzara tímidamente a eyacular, a veces lo hacía sobre mis calzoncillos y mas adelante tuve que colocarme una media (simulando un preservativo) para no manchar mis calzoncillos.

Mas tarde en 2º año de la secundaria, y escuchando conversaciones de mis compañeros sobre la masturbación, me entró curiosidad por probar la manera tradicional de masturbación, pero no sabía muy bien como hacerlo. Recuerdo que una vez que volví de la escuela, y mientras me cambiaba, comencé a tocarme el pene por encima del calzoncillo, con lo que logré una erección y entonces me dije :¿por qué no probar? Y comencé un masaje arriba y abajo y algo veloz sobre mi pene, al principio fue tan rápido que me cansé enseguida y no conseguí eyacular, pero luego lo hice mas despacio y logré gozar y eyacular de la manera tradicional con mi primera paja. Había entrado al mundo de los pajeros (esto último sin ser despectivo)

Desde ese momento y hasta la actualidad continúo con mis pajas, me parece algo espectacular, esas caricias sublimes que solo cada uno sabe como hacerlas, me encanta, a veces me hago una por día, a veces hasta tres o inclusive cuatro. Soy muy calentón, me gustan mucho las mujeres, especialmente cuando visten polleras o minifaldas, eso me enciende enseguida, y ni hablar de las mujeres que usan jeans ajustados, me dan ganas de tocarles el culo o de apoyarlas.

Pero volvamos a la paja, me la he hecho en lugares insospechados, en mi casa cualquier lugar es propicio, el mas raro en el balcón o en la puerta de mi casa, (acabando en el mismo lugar) y si me ven mujeres mucho mejor. En el baño de la facultad también lo hice, la primera vez fue luego de leer relatos eróticos de esta pagina, y luego yéndome a masturbar al baño, incluso lo hice una vez en el de damas. Otras veces me colocaba en el baño de manera que el pasar las mujeres para ir a su baño me vieran masturbándome, eso me ponía a mil, varias mujeres se asombraban y miraban mi pene y se iban rápidamente su baño, otras mas osadas permanecían unos instantes mirándome y luego continuaban su camino.

Una vez estando en otra casa, cumplí una de mis fantasías, "masturbarme delante de mujeres" (no fue la primera vez, ya que lo había hecho con anterioridad adelante de mis vecinas de 13 y 15 años). Esto sucedió porque en frente de la casa hay una parada de colectivos, y allí había unas chicas (de aprox. 25 años) esperando un bus y yo estaba mirando por el ventanal y una de las chicas miraba para el ventanal, entonces yo saque mi pene y comencé a masturbarme ofreciéndoselos a su vista. Pasó un rato y una de ellas se dio cuenta y no apartó su vista de mi pene, y le avisó a su compañera y esta disimuladamente se dio vuelta a mirarme y permanecieron así durante unos minutos mientras yo seguía con mi trabajo hasta que eyaculé en mi mano. Ah, que sensación placentera pero indescriptible, el morbo que sentí era fabuloso, doble placer, el de la paja y el de que te miren.

Bueno esto en resumidas cuentas es mi historia sobre mis momentos de gozo sexual en solitario. Espero cualquier clase de comentarios sobre masturbación, pero especialmente de mujeres y también me encantan las historia que suceden el los subtes o colectivos llenos, soy un amante de apoyar en los colectivos. Me gustaría masturbarme delante de una mujer y que ella también se masturbe, ¿Se cumplirá mi sueño?