La historia que les voy a contar,
además de ser real, me paso el verano pasado en una playa alejada del sur de la
ciudad de Mar del Plata. Dado que no conocía ninguna playa del sur de la
ciudad, un jueves me levante y decidí ir a conocer alguna, sin saber como eran,
si eran lindas o no, pero bueno allá fui. De la ruta, no es lejos pero hay que
bajar unas cuantas cuadras hasta que de pronto se ve el mar y comienza la
playa. Camine por la arena en dirección al sur y solo veía dos o tres chicos
haciendo surf, me instale sobre una grandes rocas saque mi cámara de fotos y comencé
a sacar lagunas fotos a los chicos con sus tablas ya que es uno de los deportes
que mas me gustan. El sol estaba buenísimo, al no haber nadie merodeando por
los alrededores, decidí quedarme en bóxer tomando sol. Así lo hice. Tengo que
contarles que soy re pajero, me encanta masturbarme y cualquier ocasión me
parece propicia para hacerlo. En ese momento estando solo frente al mar y sin
nadie que me viera, metí mi mano dentro del bóxer y empecé a tocarme, hasta que
tuve q interrumpir mi actividad porque vi que dos de los chicos se estaban
acercando a la orilla con sus tablas. Estos dos chicos salen del agua y se
dirigen hacia las rocas que están al lado de donde estaba yo. Son tan grandes
que estando yo recostado sobre una de ellas, podía verles solo el torso a estos
surfistas. Vi que se sacaban los trajes, se ve que en esas playas estos chicos
es donde practican el deporte, y se cambian y descambian en la misma playa. Los
veía sentados charlando entre ellos y al otro amigo todavía en el agua. Cuando
me paro para ir a mi bolso a buscar un cigarrillo, los veo sentados en una roca
totalmente desnudos como si nada (se ve es costumbre de ellos) y uno de ellos
se tocaba su pene, se reían y hablaban, hasta que uno de los dos saca de su
bolso una revista, supongo que porno, y comienzan a mirarla. No tardaron nada
en empezar a masturbarse mirando la revista, cada uno se hacia su paja. Yo
intentaba no mirar para que no se incomoden pero me excitaba ver estos dos
chabones pajearse totalmente desnudos al sol. Quería que terminaran de una vez
y se fueran así me la hacia yo. Así fue como acabaron prácticamente juntos y se
dispusieron a irse. En ese momento mira bien a todo mi alrededor para ver si no
había nadie, efectivamente esta absolutamente solo en esa playa y el tercer
chico jugando con su tabla en el mar, bastante alejado de donde estaba yo. Apoye
mi espalda sobre una roca, me saque mi bóxer y empecé suavemente a tocarme los
huevos, podía ver como mi líquido preseminal aparecía por la punta de la cabeza
de mi verga y caía sobre el tronco, eso me excitaba aún más, y más todavía
sentir ese líquido caliente desparramado sobre toda mi verga. Seguí tocándome
los huevos sin masturbarme y sentí que si seguía haciendo eso me acabaría sin
tocar mi pene. Me dispuse a encender un cigarrillo y fumarlo sin tocarme y solo
observándome desnudo al sol como estaba. Disfrutando del placer de estar
totalmente desnudo y de mi cigarrillo, no me di cuenta que el otro chico estaba
sentado en unas piedra detrás mío y me observaba cada uno de mis movimientos.
El estaba con su traje de surf por las rodillas y su verga erecta. Lo único que
atine a hacer es cubrir mi sexo con mi remera, al momento que se acerco y me
dijo: “Quédate tranquilo macho, acá nos pajeamos siempre, no pasa nada”. Solo
me sonreí y descubrí mi sexo otra vez. El se dispuso a sentarse enfrente mío y
mientras comenzamos a charlar se tocaba su verga que estaba al palo. La
excitación era demasiada por parte de los dos, y sin más vueltas me dijo:
“podes abrir un poco las piernas así veo como tus huevos se mueven al ritmo de
tu paja?, eso me calienta mucho”, así lo hice, me abrí de piernas y comencé a
masturbarme cada vez con un ritmo más acelerado mientras miraba mi pija que
parecía que iba a explotar y mientras miraba a aquel chico que me comía mis
huevos con su mirada, hasta que en un gemido largo y profundo nos acabamos los
dos juntos, yo llenado mi abdomen de leche bien blanca y caliente y mi
compañero de paja toda su leche entre sus piernas. Es el día de hoy que aún me
acuerdo de aquella tarde y me masturbo acabando como si hubiese sido esa misma
tarde. En días mas voy a viajar a esa fantástica ciudad por unos días, y desde
ya que visitaré aquella playa en busca de alguna otra paja tan copada como
aquella.
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