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jueves, 31 de marzo de 2011

Historias Infantiles (1)

No se realmente como se dio, pero de manera perversa, inexplicable empece a sentir mi primera excitacion , una pequeña comezon, dulce, imprevisible, alarmante a los 10 años, fue en noche de calor poco comun en esta ciudad.

Desperte en la madrugada, en aquel entonces mi familia y yo nos acababamos de mudar a lo que seria nuestra nueva casa, sin embargo por razones economicas fue una mudanza apresurada, con la casa a media construccion, el unico cuarto habitable era una pequeña habitacion de cuadratura perfecta en la que se improviso una recamara familiar y lo que seria despues la sala, las demas habitaciones aun sin terminar estaban ocupados por el resto de los muebles.

En la oscuridad de una madrugada calurosa, desperte, mis hermanos en la litera, dormian cada quien en su cama, en ese entonces tenian 12 el mayor y 8 el mas pequeño, mis padres dormian tambien a un lado mio en su cama matrimonial. Para mi se habia improvisado una colchoneta en lo que terminabamos la mudanza. Asi a ras de suelo descubri el morbo.

El silencio era total, se escucho con claridad cuando retire la cobija que me cubria, intente reacomodarme pero era imposible el calor era muy fuerte, el sueño se desvanecio por completo. Llevaba puesto una pijama de dos piezas, blanca de franjas muy ligeras azules que la atravesaban de manera vertical, aunque de algodon muy fresco, el calor me hacia sudar asi que desabroche boton por boton de la camisa que se pegaba a mi, senti una ligera brisa en mi infantil pecho y eso me refresco un poco, eso hubiese bastado para saciar el calor lo suficiente para reconciliar el sueño, pero sin pensarlo con esa accion el morbo me invadio por primera vez, en ese entonces era un niño muy pudoroso y el saberme semidesnudo me excito.

No falto mucho para que a mi mente viniera la idea de desvestirme por completo, ¡por dios! El tan solo recordar esa sensacion que me atraveso las entrañas en ese momento me excita de nuevo. Un cosquilleo recorrio mi cuerpo y mi calor interno era mucho mas grande que el del ambiente.

Para mi sorpresa mi primera ereccion vino en ese justo momento. Mi pene infantil se abultaba en mi calzoncillo y pedia a gritos ser liberado, con mucho sigilo deslice mi pantalon hacia abajo, mi calzoncito blanco brillaba ligeramente en la oscuridad y la calentura me incitaba a tomar mi bulto con mi mano.

Lo aprete ligeramente con mi mano sobre mi vientre, y el sentirlo tan duro, tan extrañamente largo sobre mi vientre me hizo estremecerme, claro es que en ese entonces no tenia idea de lo que era la masturbacion y mucho menos de las tecnicas que para ella se utilizan, solo me dejaba llevar por la sensacion que me daba el presionarlo con mi mano. No tenia , y aun no tengo hasta la fecha la circuncision, asi que mi capullito estaba cubierto completamente por mi piel. El contacto de esa piel tan suave que lo cubria se sentia extraño.

Mi mano exploro con sorpresa las nuevas dimensiones y cada roce me excitaba mas y mas, mientras masajeaba con nuevo morbo mis testiculos que apretados sentian explotar el escroto, baje de una vez y en un movimiento rapido mis calzoncitos por mis delgadas piernas.

El aire del ventilador directamente en mi pene me puso a 100, pero en esa primera noche de excitacion no era suficiente, asi que me coloque boca abajo exponiendo mis nalguitas al aire, sin pensarlo empece a moverme frotando mi pene contra la sabana, era una delicia.

El movimiento de cadera no se hizo esperar, mi pene se deslizaba ligeramente entre las sabanas produciendo un chasquido cada vez que retomaba la primera posicion para una vez mas volver a recorrer mi cuerpo, estrujandome y presionado con la fuerza de mis piernas y mi coccix, apretando mis nalguitas para ejercer mas fuerza, mientras con mis manitas me sujetaba de la colchoneta. Empezaba a sudar con mas fuerza y un liquido ligeramente viscoso y completamente traslucido me lubricaba por primera vez produciendome mas placer.

Un pequeño ruido me hizo detenerme, entre pena y remordimiento trate de cubrirme lo mas que pude. Mi madre se levanto de su cama y paso a un lado mio con un paso muy tranquilo. El hecho de saberme desnudo me llenaba de morbo. Afortunadamente paso de largo y se dirigio al baño.

Mi mente estaba revuelta entre muchos sentimientos encontrados, les recuerdo que a pesar de todo era un niño demasiado pudoroso.

No supe a que hora regreso mi madre a su cama, me quede dormido, con mi pene erecto y desnudo boca abajo.

Cuando desperte mi madre estaba a mi lado, era muy temprano y los demas aun no despertaban. Me miro con los ojos que solo una madre puede ofrecerle a su hijo y con una sonrisa inquieta me pregunto que si tenia yo mucho calor.

No me habia dado cuenta pero la cobija estaba totalmente de lado y yo desnudo frente a mi madre. Cualquier indicio de excitacion desaparecio por la pena que la situacion me provocaba.

Solo pude asentar con la cabeza, mi madre se acerco a mi y me dio un beso en la frente, yo me vesti enseguida. Mientras ella iniciaba sus labores matutinas yo intente dormir de nuevo, pero en mi cabeza no salian las sensaciones apenas descubiertas por lo que mi pene volvio a tener una ereccion.

Acostado de lado, dandole la espalda a mi madre masaje nuevamente mi lancita con la precaucion de no ser descubierto.

El mundo de la sexualidad se abrio ante mi ese dia y nunca el mundo, mi entorno, volvieron a ser iguales.

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